viernes, 18 de septiembre de 2009

Mi compra comunica


Sí señores, mi compra, como la suya, ahora también comunica. Y esto es porque definitivamente todo a nuestro alrededor está ligado en mayor o menor medida con la comunicación.


Tras la campaña iniciada por Carrefour para acabar con las bolsas de plástico, uno no puede salir de una tienda. sin pensar que está atacando al mediambiente. Una buena campaña, que además es el claro ejemplo de cómo una empresa, a través del uso de la comunicación, puede convertir en positivo algo que bien podría resultar negativo para una compañía.


Carrefour, el gigante de los hipermercados, cansado de gastar infinidad de euros en bolsas de plástico que regalaba a sus clientes, un día (posiblemente después precisamente de que alguno de sus analistas hiciera una inspección al "Día", pequeño supermercado de barrio que cobra las bolsas a céntimos), pensó. ¿Si tengo que reducir gastos, por qué no cobro yo también por las bolsas?

He aquí el problema. El púbico del gran supermercado ya estaba acostumbrado a recibir las bolsas gratis, y si, con la que está cayendo, el gigante empezaba a cobrarlas, las críticas y repercusiones podrían no tardarle en llegar.

¿La solución? Convierto mi "hecho negativo" en "positivo", dotando a mi mensaje de un carácter solidario, de compromiso, a través de un sencillo silogismo:




Las bolsas de plástico acaban con el medio ambiente.


Carrefour está concienciado con el medio ambiente


Carrefour deja de entregar bolsas de plástico
(lo de que ahora las ecológicas cuestan, lo dejan para más adelante)




¡Y listo! Así que iniciaron una campaña teaser (De las más baratas que he visto nunca, construida sobre una especie de power point), carteles, una web http://www.echaleunamanoalmedioambiente.com/, una completa campaña viral que funciona muy bien, bolsas alternativas, un premio de Medio Ambiente... y su riesgo se convierte en acierto.

Publicis, la agencia que ha realizado la campaña, no ha podido hacerlo mejor. Ha aprovechado la proximidad del Plan Nacional de Gestión de Residuos exigido por Bruselas (que prohibirá el uso de bolsas de plástico desde 2010), la concienciación, cada vez mayor, del cuidado por el medio ambiente, reforzándolo con un aspecto aún más social (ya que parece que Carrefour donará el "ahorro" generado por esta medida a proyectos relacionados con el medio ambiente, además de 2 millones de comidas para los más necesitados), y ha dado la vuelta a la situación.


Así que ahora, cuando salgo del super, no puedo evitar llevar a cuestas, además de mis bolsas, la culpa por estar contribuyendo a la destrucción del medioambiente.
Porque sé que la gente, aunque no me señale, me ve, y piensa: "¡Bolsa caca!"

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