jueves, 20 de octubre de 2011

Redes sociales: Amigos, conocidos, seguidores y contactos. No me tomes por lo que no soy


Existe últimamente cierta obsesión por acaparar un gran número de seguidores, fans y en definitiva contactos, en los perfiles, propios o corporativos de las redes sociales. Ya hemos tratado en este blog sobre si importa la calidad o la cantidad, o a quién debemos seguir o no. Sin embargo, aún no habíamos hablado sobre otro aspecto que puede afectar negativamente a la gestión que hagamos de nuestros perfiles en red, ya sean personales o corporativos: la diferencia que existe entre amigos, conocidos, seguidores y contactos, cuyos límites parecen no estar lo suficientemente claros.

Dicho esto, las relaciones que se establecen en las redes sociales tienen sus propias reglas. Por un lado nos permiten hacer infinidad de nuevos "contactos", bien sean contactos de nuestro sector, contactos con intereses afines, contactos comerciales, contactos personales... Nos dan acceso a personas, compañías y organizaciones interesantes y a una conversación abierta y plural cargada de posibilidades.

Sin embargo, este número de contactos con el que contamos en nuestras redes sociales es virtual: Es decir, si no hemos entablado con ellos ni una sola palabra, ¿debemos considerarlos realmente contactos o por el contrario debemos pensar en ellos como público/audiencia/escaparate/lectura?

Plantearos por un momento la siguiente pregunta: de entre los contactos que seguís y/u os siguien en twitter, en facebook, en linkedin, en Instagram, en Google+, en las redes sociales verticales que utilicéis o en Foursquare... ¿Con qué porcentaje habéis conversado al menos una vez? Y de estos, ¿Con cuántos habláis de una manera más frecuente? Y por último, de entre los frecuentes, ¿A cuántos reconoceríais por la calle?

No hace falta sacar la calculadora para llegar a una conclusión porque, si tenéis un número de contactos cercano a la media y no os dedicáis día y noche a conversar y conversar en la red, es más que probable que la respuesta final en lo que respecta a redes sociales no personales no alcance ni un 10-15%% de vuestra red.

Para que un contacto pase a un segundo nivel de relación se hace necesaria la interacción. Y esa interacción que implica tiempo, no se consigue enviando un DM automático de bienvenida a tu TL ni comentando una única publicación, recibiendo o haciendo un RT a una persona, o marcando un "me gusta".

Conversar, según el DRAE, es "hablar con una o varias o personas" y en otra acepción "Tratar, comunicar y tener amistad con otra u otras".

Ante esto: ¿Por qué nos saltamos las normas de lo políticamente correcto y abusamos de nuestros contactos tratándolos en ocasiones como lo que no son? Una cosa es que las redes sociales favorezcan la cercanía y otra muy distinta, que aprovechemos esa cercanía para saltarnos la reglas sociales creadas mucho antes de que existiera ningún tipo de tecnología.

Volviendo a la DRAE, amistad es el "Afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato". Nada se dice de que sea un vínculo creado a partir de un hola, de una presentación o - llevándonoslo a nuestro terreno- la apertura de una puerta virtual.

Me considero una persona sociable, sin temores ni reticencias a establecer nuevos contactos, sin problemas para entablar relación con desconocidos que un día aparezcan en mi puerta, o centrando el tema, en mi TL, muro, o como queramos llamarlo en función de la red social. Es más, en el mundo de las redes sociales, me gusta establecer nuevas relaciones y entablar diferentes tipos de relación en función de con quién me encuentre por la red.

Sin embargo, cuando recibo DMs de contactos a los que no conozco ni personal ni virtualmente, diciendo sin más y como si fuéramos amigos de toda la vida, "María, retuitéame mi último tweet", cuando recibo invitaciones en Linkedin de desconocidos que me piden unirme a su red de contactos indicando que "somos amigos", recibo mensajes de "esto te interesa" de cosas completamente ajenas a mí de contactos de mi red que ni siquiera se han preocupado de mirar a qué me dedico o que cuáles son mis temas de interés o veo como perfiles de empresas en las redes sociales rozan el abuso de confianza, siento un rechazo automático.

Las redes sociales están precisamente para eso, para relacionarse y socializar, y creo que todos los que las usamos estamos abiertos a la interacción y a encontrar nuevos contactos. Por eso, todos nos debemos apoyar, pero sin llegar al abuso o a la falsedad. Tal y como ocurre en la vida real, dejémonos llevar por el sentido común y los buenos modales. Quizá no seamos amigos, pero podemos llegar a serlo (os aseguro que he sacado grandes y buenos amigos de las redes sociales, porque han sabido traspasar el mundo virtual). Pero sin ninguna duda, en la red, como en la vida misma, no lo haremos si siento que estás abusando de mí, si quieres "venderme" una falsa relación que ambos sabemos que no existe, o si me siento excesivamente adulada, presionada o engañada.