No. No creo realmente que Amstrong pisara la luna el día que lo mostraron por televisión. Yo también creo que fue un montaje, pero eso no importa para este post, porque la llegada del hombre a la luna me sirve de ejemplo para hablar de algo que me parece realmente preocupante en el mundo de las empresas y su manera de abordar la comunicación digital: el planteamiento de unos objetivos erróneos.
“Me han puesto de objetivos conseguir 300 followers al mes” me comentaba desesperada el otro día una amiga que trabaja de Community Manager para una empresa cuyo nombre no diré y que hace oídos sordos a sus consejos y argumentos.
A raíz de esa conversación me surgen algunas preguntas:
- ¿Es ese realmente un objetivo de comunicación? No
- ¿Conseguir followers como churros va a ayudar al posicionamiento y la creación de marca de la empresa? No, si no son followers de calidad
- ¿Acaso la empresa mira el tipo o perfil de esos 300 followers? No
- ¿Se preocupa por la conversación generada por su contenido, por el comportamiento de esos seguidores, por lo que los seguidores dicen de la marca, por los leads que generen, por los clicks que hagan, por el retorno que puedan obtener de ellos? No lo sé, pero si su principal objetivo es cuantitativo, eso me hace pensar que no.
- ¿Es un objetivo real y alcanzable? Probablemente no (si, como es el caso de mi amiga, tratas de llegar al público objetivo y no a cualquiera, pese a todo)
- En definitiva: ¿Sirve para algo? Pues seguramente no. Entendámonos, tener unos objetivos de crecimiento es bueno, pero lo que no lo es es tenerlos como eje de nuestro plan de acción.
Los objetivos deben centrarse en efectividad, eficiencia y retorno. Es decir, en saber qué quieres (posicionamiento, venta, relación, etc.) y de quién o para quién (clientes, potenciales clientes, sector, relaciones de interés, medios, etc.). Comenzar con una comunidad pequeña, escogida y seleccionada por su perfil, sobre la que puedas trabajar y a la que fidelizar aportándole valor, que vaya aumentando en función de la calidad de tus aportaciones, es mucho más efectivo que disparar a “todo sin ton ni son"
Las empresas deberían preocuparse de cómo van a conseguir crear comunidad (cuáles serán sus mensajes, su estrategia de contenidos y conversaciones, su plan de comunicación) y no de crecer rápidamente a cualquier precio.
Ponerse objetivos reales y alcanzables, como Armstrong, evita que muchas empresas terminen, como habría sido su caso si hubiera querido llegar al sol en aquel mismo viaje, quemándose.
Así que, un consejo. Si lees esto y te has sentido identificado, olvídate de los números y preocúpate de si estás creando poco a poco una imagen digital de tu compañía acorde a la que quieres tener, capaz de ser valorada y respetada y que ofrezca valor a aquellos seguidores que le interesan a tu empresa. Será más lento, pero te aseguro que será mucho más efectivo.