Uno de mis objetivos para estas vacaciones era desconectar, literalmente, desconectar de blogs, twitter, facebook, linkedin, etc. es decir, de todo el mundo 2.0 que tanto me apasiona, pero al que vivo enganchada diariamente. Las vacaciones son para eso, para parar y alejarse, de manera que podamos ver el cuadro con otra perspectiva.
Pero desconectarte de un mundo tan atractivo y diario como el 2.0 no es tarea fácil. Primero por las aplicaciones móviles (Sin que yo lo quisiera, en la pantalla de mi Blackberry aparecían alertas de unas redes y otras y resistirme a abrirlas no ha sido tarea fácil, pero puede conseguirse)
Y segundo, y bastante más difícil, porque por mucho que quieras alejarte, no puedes alejar también de las redes a aquellos que tienes a tu alrededor, que continúan enganchados y que, como saben que te dedicas a esto, te acribillan a preguntas tales como ¿Con qué aplicación puedo buscar en los perfiles de twitter? ¿Cómo creo un fan page? ¿Cómo funciona hootsuite...? etc, etc, etc y te dejan debatiendo entre hacer lo políticamente correcto y contestarles y las ganas que tienes de salir corriendo.
En fin, que desconectarse del todo es casi imposible. Pero a lo que iba. Una de las aplicaciones sobre la que más he oído hablar este verano ha sido Foursquare. A estas alturas supongo que todo el mundo sabe de qué se trata, pero por si queda algún despistado, diré que es un red social para compartir tu ubicación con tus contactos. Es decir, llegas a un sitio, pinchas en "Check-in" y el sistema detecta donde estás. Tú puedes añadir comentarios y valoraciones y además, vas acumulando puntos (en función del número de check-ins, de si has sido el primero en valorar un lugar, etc.) recibiendo placas y categorías (como la de Mayor, que es el que más visita un lugar).
Sin quitar mérito a la red ni discutir su utilidad para acciones de marketing (véase la campaña de El Corte Inglés, Starbucks o Domino's Pizza por ejemplo), he de decir que yo, apasionada del 2.0 y a favor normalmente de cualquier nueva red social, plataforma, etc. no puedo con Foursquare (ni con las posibilidades de geolocalización de cualquier red)
El concepto de geolocalización (patentada por google en 2005) me espanta. Que todo el mundo sepa en todo momento dónde te encuentras me parece un ataque directo a la privacidad, libertad y, en definitiva, a la intimidad que no puedo entender. Y estoy en Foursquare, porque tendré que trabajar con él, pero nunca lo haré a nivel personal. No comprendo el interés que puede tener a nivel particular ir retransmitiendo mi vida hasta tal extremo.
Quizá soy una excéptica, estoy exagerando o quién sabe, puede que cambie de opinión, no sería la primera vez. No sé si alguien se acuerda del momento en el que aparecieron los móviles y de aquella extraña sensación que suponía pensar que desde el mismo momento en el que adquirías uno de aquellos modelos gigantes y pesados y que por aquél entonces solo servían para llamar -y los más adelantados para jugar al 3 en raya- estarías disponible y controlado por todo el mundo en todo momento. Por aquél entonces yo fui una de aquellas que se negaban a tener uno, y tarde muchísimo en ceder al primero, precisamente por esas razones y miradme ahora, que no sólo tengo uno, sino dos, y sólo los apago cuando me subo a un avión (y si la nueva ley se pone en marcha, ni eso!)
Así que quizá me equivoque pero de momento, prefiero seguir moviéndome a mis anchas y dejar el 2.0 para conversar, dialogar y compartir cosas más interesantes, que el lugar desde donde lo haga.
Pero desconectarte de un mundo tan atractivo y diario como el 2.0 no es tarea fácil. Primero por las aplicaciones móviles (Sin que yo lo quisiera, en la pantalla de mi Blackberry aparecían alertas de unas redes y otras y resistirme a abrirlas no ha sido tarea fácil, pero puede conseguirse)
Y segundo, y bastante más difícil, porque por mucho que quieras alejarte, no puedes alejar también de las redes a aquellos que tienes a tu alrededor, que continúan enganchados y que, como saben que te dedicas a esto, te acribillan a preguntas tales como ¿Con qué aplicación puedo buscar en los perfiles de twitter? ¿Cómo creo un fan page? ¿Cómo funciona hootsuite...? etc, etc, etc y te dejan debatiendo entre hacer lo políticamente correcto y contestarles y las ganas que tienes de salir corriendo.
En fin, que desconectarse del todo es casi imposible. Pero a lo que iba. Una de las aplicaciones sobre la que más he oído hablar este verano ha sido Foursquare. A estas alturas supongo que todo el mundo sabe de qué se trata, pero por si queda algún despistado, diré que es un red social para compartir tu ubicación con tus contactos. Es decir, llegas a un sitio, pinchas en "Check-in" y el sistema detecta donde estás. Tú puedes añadir comentarios y valoraciones y además, vas acumulando puntos (en función del número de check-ins, de si has sido el primero en valorar un lugar, etc.) recibiendo placas y categorías (como la de Mayor, que es el que más visita un lugar).
Sin quitar mérito a la red ni discutir su utilidad para acciones de marketing (véase la campaña de El Corte Inglés, Starbucks o Domino's Pizza por ejemplo), he de decir que yo, apasionada del 2.0 y a favor normalmente de cualquier nueva red social, plataforma, etc. no puedo con Foursquare (ni con las posibilidades de geolocalización de cualquier red)
El concepto de geolocalización (patentada por google en 2005) me espanta. Que todo el mundo sepa en todo momento dónde te encuentras me parece un ataque directo a la privacidad, libertad y, en definitiva, a la intimidad que no puedo entender. Y estoy en Foursquare, porque tendré que trabajar con él, pero nunca lo haré a nivel personal. No comprendo el interés que puede tener a nivel particular ir retransmitiendo mi vida hasta tal extremo.
Quizá soy una excéptica, estoy exagerando o quién sabe, puede que cambie de opinión, no sería la primera vez. No sé si alguien se acuerda del momento en el que aparecieron los móviles y de aquella extraña sensación que suponía pensar que desde el mismo momento en el que adquirías uno de aquellos modelos gigantes y pesados y que por aquél entonces solo servían para llamar -y los más adelantados para jugar al 3 en raya- estarías disponible y controlado por todo el mundo en todo momento. Por aquél entonces yo fui una de aquellas que se negaban a tener uno, y tarde muchísimo en ceder al primero, precisamente por esas razones y miradme ahora, que no sólo tengo uno, sino dos, y sólo los apago cuando me subo a un avión (y si la nueva ley se pone en marcha, ni eso!)
Así que quizá me equivoque pero de momento, prefiero seguir moviéndome a mis anchas y dejar el 2.0 para conversar, dialogar y compartir cosas más interesantes, que el lugar desde donde lo haga.
¡¡¡ UN 10 !!!. Estoy totalmente de acuerdo contigo; Además te puedes quedar pasmada si has entrado en el perverso www.google.com/realtime y te pones a buscar un poquito...
ResponderEliminarGracias! miedo me da mirar qué es eso... pero voy a hacerlo ya!
ResponderEliminarCreo que exageras un poco, ya que como la mayoría de los servicios uno controla exactamente que se publica y en donde. Foursquare no es un servicio público como Twitter, donde la gente que ni siquiera tiene una cuenta puede leer lo que escribes. Tu decides quien puede ver tu cuenta y sería un error de tu parte, no del servicio, que alguien quien tu ni siquiera conoces pudiera ver tus check-ins. Igualmente se puede decidir que se comparte en Twitter o Facebook y que no, de manera que tu ubicación es visible a muy poca gente.
ResponderEliminarPrecisamente el aspecto de la seguridad es parte central del post que escribí al respecto de Foursquare. Creeme que hay mucho menos que temer de lo que supones.
Y respecto al Realtime de Google, me parece divertido que alguien le pueda llamar perverso. A este grado llamaremos homicidas a los automóviles por toda la gente que muere en ellos y seguramente los prohibiremos ;) Mas detalles aqui .
Saludos
Completamente contigo María. Me resulta un ataque a la intimidad. Gracias por el post, sinceramente, mira que yo también buceo en la red, pero una vez más me has dado a conocer otra cosa más que desconocía.
ResponderEliminarGracias guapa.
Besote!
Ángel B.
ResponderEliminarDisculpa la tardanza, pero no sé por qué tu comentario se había metido en spam (y ni sabía que tenía esa clasificación).
Seguramente tienes razón y no haya tanto que temer. Ya comentaba en el post que inicialmente soy reacia a cosas que despues se me hacen imprescindibles y como dices, todo está en saber qué compartir y qué no. Sin embargo, de momento, y aunque solo lo compartiera con mis amigos "reales" y no virtuales, aún no me gusta mucho la sensación de tener una especie de "rádar". Pero tiempo al tiempo.
Me gustan mucho las recomendaciones y la explicación de tu post.
Gracias por comentar