lunes, 30 de marzo de 2009

Comuniquemos para vencer la crisis

Será porque trabajo en comunicación y por eso entiendo la importancia de crear una imagen de marca fuerte y sólida. Será porque paso todo el día revisando la prensa y el diálogo en la web y por eso reconozco lo necesario que es para una compañía o un producto estar, donde tiene que estar, y diferenciarse de su competencia. Será porque no concibo trabajar en una empresa que no me cuenta lo que está ocurriendo y me mantenga informada en todo momento de la situación, objetivos y logros de la compañía. Será por lo que sea, pero cada vez me es más difícil entender por qué las empresas descuidan servicios de la comunicación en tiempos de crisis si es una de las mejores y más económicas herramientas para superarlas.
Tanto si esa crisis viene de fuera, como lo es en el caso de la actual situación económica, como cuando viene de dentro, ya sea por una fusión, una quiebra o un, tan oído en los últimos meses Expendiente de Regulación de Empleo, la comunicación es una de las claves para la gestión. Sin embargo, un gran número de empresas aún no lo ven así.
Cuando la crisis es externa, hacer balance de las cuentas y presupuestos y prescindir de todo aquello que no está directamente relacionado con la producción parece ser la principal causa. Sin embargo, el arma más eficaz para luchar por la supervivencia en estos momentos es precisamente uno de los servicios no relacionados directamente con la venta, pero que influye imperiosamente en ella, como es la comunicación. Diferenciarse, fortalecer la imagen de marca, mantener un equipo formado e informado, conseguir que nos perciban como una empresa fuerte, con capacidad de supervivencia, es vital para salir airoso e incluso reforzado de una crisis económica.
Y todo esto no implica una inversión desorbitada, sino la puesta en marcha de una estrategia razonable de acciones de comunicación, acordes a las necesidades y la situación concreta de cada empresa, que nos permitan mantener informadas a todas las audiencias, especialmente a las internas.
Porque ese es el ámbito en el que parece que más fallan las empresas. En los últimos meses se han puesto en marcha numerosos EREs, y, en la mayoría de los casos, los trabajadores de esas compañías se han enterado de su situación por la prensa. Según un estudio realizado por Estudio de Comunicación, en el que se entrevistó a 270 personas que formaban parte de EREs, sólo un 32% de los entrevistados recibió información de sus directores sobre la existencia de un expediente de empleo.
¿Por qué? ¿Ganamos algo no contando a los empleados la situación de la compañía? ¿Generando incertidumbre y desconfianza conseguiremos una mejor situación que exponiendo de forma ordenada y proactiva los pasos que se van a dar y las causas que nos han movido a ello?
Tan importante como el hecho en sí, lo es la percepción que de él tengan las diferentes audiencias y, por encima de cualquiera de ellas, los trabajadores afectados. Esto exige una información permanente y constante a lo largo del proceso, comprender y resolver las diferentes situaciones personales, e involucrar su participación en el futuro de la compañía. Si nos anticipamos a los acontecimientos y preparamos a nuestros trabajadores, conseguiremos una reacción menos agresiva. Si somos honestos, precavidos y previsores, evitaremos reacciones desmesuradas.
Y además, si gestionamos un control y análisis detallado de las informaciones que se van produciendo durante el proceso y preparamos planes de acción concretos, podremos entonces responder a los peores escenarios posibles (huelgas, manifestaciones, conflictos, etc.)

1 comentario:

  1. Entiendo perfectamente lo que comentas en este acertado artículo. Me quedo con la idea que traes acerca de " mantener un equipo formado e informado " para crear un grupo fuerte y capaz. Ahora bien, nada más alejeado de la realidad. Como profesional de IT, también apuesto por la imagen y el valor de la comunicación, tanto a nivel interno como extramuros, pero las empresas siguen apostando por la discreción y el mutismo a pesar de tener a su disposición PC`s portátiles y teléfonos 3G con conectividad en itinerancia que permiten una mayor movilidad en la comunicación. Nunca antes la tecnología nos lo había puesto tan fácil. Así y todo, el secretismo es la máxima entre el cuerpo directivo y los empleados. En lo tocante a formación, se produce ,en muchos casos, únicamente si media subvención y siempre que no afecte al horario laboral. Cuando las multinacionales sean conscientes de la estrategia contagiarán a la PYME.

    ResponderEliminar