miércoles, 29 de mayo de 2013

"Comunicando..". Mis conclusiones tras #RRPPandtweets



Estamos comunicando. Literalmente. Si alguien nos llamara para saber si tenemos futuro, sin duda, nuestro número daría ocupado. Porque en el mundo de la comunicación no estamos preparados para responder, no tenemos ni la más remota idea de hacia dónde vamos y lo que es peor, estoy convencida de que estamos equivocando el camino para poder hacerlo.

Digo esto tras asistir ayer a #RRPPandtweets, el ya más que consolidado encuentro del sector que organizan Carlos Molina y Sara Moreno, cada año y tras mucho esfuerzo, para darnos a todos la oportunidad (y la excusa) de juntarnos con nuestros amienemigos, (porque somos amigos pese a ser competencia) y pasar una tarde debatiendo sobre nuestra realidad y contándonos lo que ya se  ha venido a definir en este grupo como #PRpenas.

Pues bien, ayer la jornada giró en torno a la pregunta, ¿Quién debe liderar la comunicación en Social Media? Para dar respuestas, los organizadores llevaron un poco de cada casa: Un cliente, David Martínez, gerente de Comunicación en Orange, un periodista, Jesús García-Risco, director de la revista Interactiva, una par de agencias “tradicionales”, Jorge Fernández  de Porter Novelli y Stephan Fuetterer  de Best Relations, una agencia de publicidad, Jesús Fuertes de TBWA, y una agencia de Marketing online, María Feijoo de Antevenio. La mesa estaba servida.

Lo primero que se palpaba en las respuestas que se escucharon ayer es que aquí cada uno intenta barrer para casa. Parece que el Social Media es el hijo que todo padre quiere tener, la gallina de los huevos de oro que nos sacará de pobres (confiamos que en algún momento, porque aunque no nos guste y como bien se dijo ayer algunas empresas aún están lejos de reconocer su valor y de querer pagarlo… pero que nadie nos quite la esperanza). Seguimos sin querer ver que es una herramienta más, una herramienta muy útil para ciertos fines, pero no para todos, y que cada uno, debe gestionarla como eso, una herramienta más al servicio de sus objetivos de comunicación, de marketing, de publicidad…  Seguimos llamándola nueva y seguimos peleando por dominarla. En mi opinión, si nos sabíamos los roles antes del social media, un medio más no debería hacernos dudar de ellos.  (@pacobarranco insistía ayer en twitter respecto al liderazgo de la “comunicación” en Social Media:




Al margen de esto, se escucharon comentarios muy interesantes,  algunos tópicos,  algún que otro inevitable chascarrillo de autobombo, y en general, la jornada fue muy enriquecedora. 

Pero entre todo, lo que más me sorprendió fue el transparente y arraigado miedo que se sentía en el ambiente a la competencia, ya sean grandes empresas, freelance o pequeños proyectos. El pastel del Social Media, como se le llamó, es un plato a gusto de todos, y tanta competencia, en un entorno como el actual, no le gusta a nadie.

Y aquí vienen mis conclusiones:

La competencia ni es ahora mayor, ni es más peligrosa. Siempre ha existido y de hecho es bueno que lo haga. El miedo a los freelance y nuevas empresas no es más que un síntoma de nuestra propia debilidad. En la situación actual no nos sentimos seguros y para mantenernos en pie, tratamos de negar las evidencias: Somos muchos, hay menos presupuestos y si queremos conseguir clientes, tendremos que intentar ser los mejores y rodearnos de los mejores.

El cliente prefiere un solo proveedor para todo: (Lo que si antes pasaba, ahora que cuentan con menos presupuesto, con más razón), así que tenemos que hacer propuestas globales que incluyan de todo: consultoría, comunicación, marketing, publicidad… Esto no conllevaría ningún problema si para ello, no existiera una tendencia generalizada a intentar convertirnos en Juan Palomo, (yo me lo sigo, yo me lo como), y ofrecer al cliente servicios que no son parte de nuestro core (en el caso de las agencias de comunicación diseños, anuncios, campañas de publicidad, etc.) buscando una rentabilidad que no es tal.

La realidad es que ni el tiempo ni el esfuerzo invertido en hacer un trabajo que no es el nuestro, y aunque nos pese, ni el resultado, serán mejores con este método que si hubiéramos delegado estos servicios en los que verdaderamente se dedican a esto.

¿El modo de mantenernos es abarcando nuevas áreas y servicios que no forman parte de nuestra esencia porque es ahí donde creemos que está el futuro?

 ¿Por qué no tratamos de desarrollar y fortalecer lo que verdaderamente nos ocupa para que verdaderamente lo tenga?  

Creo que en el mundo de las agencias nos está ocurriendo lo mismo que les pasa a los medios: que no queremos ver que nuestro entorno ha cambiado y nos tratamos de agarrar a viejas fórmulas  que ya no funcionan. Con tantos agentes como hay en el sector, tantos profesionales válidos en sus áreas, ¿por qué tenemos tantos reparos a la colaboración? Y lo que es peor, ¿confiamos tan poco en el futuro de nuestro trabajo?

Mejor que, de momento, nadie nos llame para pedirnos respuestas.

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