miércoles, 6 de julio de 2011

¿Cómo superar el síndrome FOMO en verano?


Creo que ya he dicho alguna vez que tengo dos teléfonos. Para ser más concretos, tengo un iPhone y una Blackberry que llevo todos los días pegados a mí, allá donde vaya, sea un día de trabajo, fin de semana o esté de vacaciones en la otra punta del mundo. He perdido la cuenta de las redes sociales de las que soy miembro, del número de blogs al que estoy suscrita, de los miles de perfiles a los que sigo en twitter o de las cuentas que gestiono. Compruebo constantemente mi correo electrónico, reviso las publicaciones de twitter, facebook e instagram cada vez que voy de una reunión a otra o espero a que llegue alguien, y siempre estoy atenta a lo que se publica en mi lector de RSS. Red, plataforma, aplicación o herramienta nueva que sale, red, plataforma, aplicación o herramienta que pruebo. En definitiva, vivo hiperconectada, como cualquiera que trabaje en esto, y otros tantos que lo hacen sólo por afición.

Yo creía que era una especie de adicción sana, de la que por cierto, disfruto, pero por lo visto puedo estar sufriendo lo que ha venido a llamarse el síndrome “Fear of missing out” o síndrome FOMO, que no es más que el miedo a perdernos una información, un evento o una publicación que pueda ser de nuestro interés.

Según un informe publicado por JWT Intelligence, no somos capaces de procesar toda la información a la que ahora estamos expuestos y esto puede acabar afectando a nuestra salud.

Esto me suena a los estudios que afirmaban que abusar del móvil podía producir estrés y ansiedad, a los que afirman que dormir con la televisión encendida puede causar depresión, los que aseguraban que la interrupción de un programa "esperado" en televisión genera ansiedad o que ver más de dos horas de televisión diarias puede aumenta el riesgo de diabetes y enfermedades cardiovasculares y más de tres aumenta el riesgo de muerte prematura. Estudios todos ellos que llegan a la misma conclusión: cualquier abuso es malo.

¿Y a dónde quiero llegar con esto? Pues esto viene a que llega la época estival y con ella la jornada de verano y las vacaciones, y sea esto cierto o no, quienes trabajamos relacionados con el mundo online debemos aprender también a "desconectar" de él, aunque sea un poco, o al menos superar el miedo a "no estar siempre disponibles". Conozco personas que lo saben hacer y otras, entre las que me incluyo, que no tanto. Pero pensando sobre el tema he llegado a algunas fórmulas que pueden ayudarme a conseguirlo:

  • Aprender a delegar: Básico para poder desconectar, tranquilamente, porque solo así sabremos que el trabajo estará bien resuelto y que podemos relajarnos.
  • Limitar nuestras horas "online" a aquellos ratos en los que realmente las disfrutemos: Al margen de que forme parte de mi trabajo, como decía, disfruto leyendo, hablando u observando lo que ocurre en mis redes. Así que ¿por qué no hacerlo también en vacaciones?. Yo me he propuesto no cargar todo el día con mis móviles, pero sí visitarlos de vez en cuando. Digamos que es un modo de cambiar una posible "obsesión" por "entretenimiento".
  • Desactivar las alertas "sonoras": Basta de "bips bips" a la hora de la siesta o mientras tomamos el sol. Si la parte laboral la hemos dejado solucionada delegando, no habrá ninguna alerta que sea tan urgente como para que no podamos responderla más tarde, ¿no?
  • Elaborar una lista de lectura personal imprescindible en las redes sociales, lo más limitada posible: Al margen de las listas que ya tenemos, podemos crear una especial para nuestros ratos libres, una lista que nos "tranquilice" del miedo a perdernos algo de interés y que podamos observar de forma más rápida.
Y sobre todo, tratar de tomarnos la vida con más calma, ¿no? Que nos lo hemos ganado.

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