Esta tarde asistiré a la tercera edición de #rrppandtweets organizado por Carlos Molina (@molinaguerrero ) y Sara Moreno (@comunicatelo) Pero esta vez lo hago aún con más ilusión si cabe, porque el tema a tratar no sólo forma parte de mi pan de cada día sino que es algo que me preocupa especialmente:
Cómo entender y hacer entender el trabajo respectivo de agencias, gabinetes de prensa y periodistas, y cómo mejorar las relaciones necesarias que unos y otros tienen entre sí
Como todo consultor, cada día trato con multitud de periodistas. La mayoría de mis emails y llamadas acaban dirigidos a ellos. Y después de tantos años todavía me sorprendo al ver que, en ocasiones, seguimos sin entendernos.
Periodistas y consultores somos o deberíamos ser el equipo perfecto. Sin embargo, a veces para ellos nosotros somos "el lado oscuro": spammers, vendedores de humo, frenos e impedimentos a la hora de que ellos puedan realizar su trabajo como quieren, y ellos para nosotros son "el enemigo": quienes no nos "publican", quienes se olvidan de nosotros a la hora de realizar especiales sectoriales pese a que hablemos casi a diario, quienes no van a nuestras presentaciones o dicen que vienen para no aparecer después, o aquellos que nos mantienen en ascuas hasta el último minuto.
¿Y quién tiene la culpa?: Pues todos nosotros. Por no darnos cuenta de que en el fondo estamos en el mismo barco y por no encontrar fórmulas de relación satisfactorias para ambos. Algo que se solucionaría fácilmente si nosotros aprendieramos a no abusar, a seleccionar las informaciones que enviamos a cada medio y a priorizar y ellos a decirnos claramente qué les interesa y que no. Adoro a los periodistas que te dicen abiertamente "Mira María, me parece interesante, pero a nosotros no nos encaja" o "Cuando quieras hablar de H o B llámame, pero no me llames con Zs, o Ss".
Tenemos que poner las cartas sobre la mesa. Conocernos, comprendernos y actuar en conjunto. Las agencias podemos ser más que utiles para los medios porque conocemos los clientes, porque contamos con la información, porque somos los intermediarios, aportamos la visión periodística, filtramos lo interesante de lo puramente comercial y podemos ayudarles en su trabajo. Y nosotros, reconozcámoslo, sin ellos, no somos nada.
Sin embargo a veces nuestras diferencias se basan en una disparidad de conceptos. Consultores, ¿nunca os ha ocurrido que un tema en el que tenéis poca confianza acaba publicado a diestro y siniestro y uno que os parece "el notición" tiene una suerte mucho peor? Si habéis respondido No, me quito el sombrero. Pero yo todavía me enfrento a estas incomprensiones de vez en cuando.
Os contaré un caso concreto. Las razones que me han mantenido alejada de este blog durante poco más de un mes han estado muy relacionadas con un proyecto al que he tenido que dedicar gran parte de tiempo. Bien, este proyecto en cuestión, (cuyo nombre no diré) es un proyecto atractivo, con un tema muy actual, con millones de posibilidades de comunicación, que tocaba a varios sectores principales, con cifras (que levante la mano el consultor al que no le hacen los ojos chiribitas cada vez que ve números para comunicar), que cumplía todas y cada una de las características de lo que es noticia (actualidad, veracidad, novedad, periodicidad, e interés público)... Vamos, lo que en las agencias llamamos "proyectos con chicha", de esos que miras con ojos golosos porque sabes que tendrán no ya los resultados esperados, sino que es muy problable que los superen.
Y lo ha tenido. Pero en contra de todo pronóstico, conseguirlo ha costado más esfuerzo del que pensábamos.
¿Por qué? Pues espero poder descubrirlo esta tarde. Si os queréis acercar será a las 18:30h en la sede de EOI (Avenida Gregorio del Amo, 6)
Entre tanto os dejo un post donde Carlos Molina ya habló de esta tema de manera muy gráfica (y muy divertida, por cierto) , ¿Por qué las relaciones públicas son el lado oscuro?
Periodistas y consultores somos o deberíamos ser el equipo perfecto. Sin embargo, a veces para ellos nosotros somos "el lado oscuro": spammers, vendedores de humo, frenos e impedimentos a la hora de que ellos puedan realizar su trabajo como quieren, y ellos para nosotros son "el enemigo": quienes no nos "publican", quienes se olvidan de nosotros a la hora de realizar especiales sectoriales pese a que hablemos casi a diario, quienes no van a nuestras presentaciones o dicen que vienen para no aparecer después, o aquellos que nos mantienen en ascuas hasta el último minuto.
¿Y quién tiene la culpa?: Pues todos nosotros. Por no darnos cuenta de que en el fondo estamos en el mismo barco y por no encontrar fórmulas de relación satisfactorias para ambos. Algo que se solucionaría fácilmente si nosotros aprendieramos a no abusar, a seleccionar las informaciones que enviamos a cada medio y a priorizar y ellos a decirnos claramente qué les interesa y que no. Adoro a los periodistas que te dicen abiertamente "Mira María, me parece interesante, pero a nosotros no nos encaja" o "Cuando quieras hablar de H o B llámame, pero no me llames con Zs, o Ss".
Tenemos que poner las cartas sobre la mesa. Conocernos, comprendernos y actuar en conjunto. Las agencias podemos ser más que utiles para los medios porque conocemos los clientes, porque contamos con la información, porque somos los intermediarios, aportamos la visión periodística, filtramos lo interesante de lo puramente comercial y podemos ayudarles en su trabajo. Y nosotros, reconozcámoslo, sin ellos, no somos nada.
Sin embargo a veces nuestras diferencias se basan en una disparidad de conceptos. Consultores, ¿nunca os ha ocurrido que un tema en el que tenéis poca confianza acaba publicado a diestro y siniestro y uno que os parece "el notición" tiene una suerte mucho peor? Si habéis respondido No, me quito el sombrero. Pero yo todavía me enfrento a estas incomprensiones de vez en cuando.
Os contaré un caso concreto. Las razones que me han mantenido alejada de este blog durante poco más de un mes han estado muy relacionadas con un proyecto al que he tenido que dedicar gran parte de tiempo. Bien, este proyecto en cuestión, (cuyo nombre no diré) es un proyecto atractivo, con un tema muy actual, con millones de posibilidades de comunicación, que tocaba a varios sectores principales, con cifras (que levante la mano el consultor al que no le hacen los ojos chiribitas cada vez que ve números para comunicar), que cumplía todas y cada una de las características de lo que es noticia (actualidad, veracidad, novedad, periodicidad, e interés público)... Vamos, lo que en las agencias llamamos "proyectos con chicha", de esos que miras con ojos golosos porque sabes que tendrán no ya los resultados esperados, sino que es muy problable que los superen.
Y lo ha tenido. Pero en contra de todo pronóstico, conseguirlo ha costado más esfuerzo del que pensábamos.
¿Por qué? Pues espero poder descubrirlo esta tarde. Si os queréis acercar será a las 18:30h en la sede de EOI (Avenida Gregorio del Amo, 6)
Entre tanto os dejo un post donde Carlos Molina ya habló de esta tema de manera muy gráfica (y muy divertida, por cierto) , ¿Por qué las relaciones públicas son el lado oscuro?
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